lunes, 16 de octubre de 2023

Amnistía e hispanidad

 

 


La queja sobre España y la interrogación sobre su esencia y existencia, sobre si cabe distinguirla o extinguirla, es un topos común a la historiografía, la literatura y la pedantería política. La narración asociada a ese lugar común, sin embargo, ha ido mermando, como todo discurso moderno, hasta alcanzar la extensión de un tuit o, en la mayoría de los casos, la sola y categórica mención del nombre “España” como un abracadabra que todo lo justifica y perdona. Demasiada gente sacude, esgrime, mienta o jura la bandera para encontrar una solución: ¡cómo no haberse dado cuenta! Lo de romper España riza el rizo. España se viene rompiendo desde antes de existir, tenemos un país de rompe y rasga rutinario. Incluso antes de que nos pongamos de acuerdo sobre en qué consiste, si es quebradiza o maleable, si los conceptos se fragmentan o, simplemente, mudan o qué podría hacerse con los pedazos, España se rompe como un rompecabezas cuando lo alzas.

La hispanidad es otra noción blandita, prueba de que la historia amnistía a menudo con magnanimidad de alzhéimer. Pese al frufrú de los desfiles, los improperios bocachanclas y las manifas en contra, a la mayoría de los ciudadanos nos importa sobre todo que el 12 de octubre no caiga en fin de semana y haga buen tiempo. Quizás sea porque cada vez que se rompe España no nos enteramos o nos toca el trozo malo, ya es casualidad. O tenemos que pagar las grapas. Luego dirán que estamos mal ubicados, que lo merecemos, pero en las resquebrajaduras de España cabe un montón de gente. Seguir leyendo: https://www.lanuevacronica.com/opinion/amnistia-hispanidad_145308_102.html?fbclid=IwAR1oSurC_dH9D0UV8GZR-Ud6p0Zadogh2mr-LvYFznO85vcX1SOiWhp4t-4

    (Publicado en La Nueva Crónica de León, en una sección titulada "Las razones del polizón", el 15/10/2023)

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