domingo, 29 de mayo de 2022

El bar de las Cortes

 


Durante lo peor de la pandemia hubo una cierta exaltación del bar tal que una suerte de edén perdido. Todos tenemos uno o varios donde nos encontramos a gusto y eso no significa nada censurable, al contrario. También es cierto que se han ido convirtiendo en lugares más acogedores y respirables, donde se asiste a menos bochornos y se oyen menos disparates que hace décadas. Estos se han expatriado a las redes sociales, de forma que uno tiene que escoger leerlos o no pero al menos no están al otro extremo de la barra, vociferados por energúmenos, como solía ocurrir. Los energúmenos se cortan un poquito en los bares y eso es un avance. Seguir leyendo: https://www.lanuevacronica.com/el-bar-de-las-cortes

 (Publicado en La Nueva Crónica de León, en una sección titulada "Las razones del polizón", el 29/05/2022)

domingo, 22 de mayo de 2022

El tiempo de los cuñados

 


“El tiempo es relativo” se ha convertido en el dicho más famoso surgido de una teoría científica reciente, tal vez por su relevancia pero sobre todo porque se ajusta también a la percepción que tenemos de la realidad mundana. Según la relatividad general, el tiempo pasa (o se mide) de diferente manera dependiendo de la situación del observador. Tampoco los relojes marchan a la misma velocidad si los acontecimientos se cronometran desde un lugar u otro.

Ni siquiera hace falta irse al espacio para verificarlo. Tres siglos y medio tardó la iglesia católica, por ejemplo, en reconocer su error respecto a Galileo. Una miaja en términos eclesiásticos, gente que trata con verdades eternas y juicios divinos. Tal vez por eso hace falta que otros les pongan el despertador para los casos de pederastia o se les pasa el arroz a lo bobo. Seguir leyendo: https://www.lanuevacronica.com/el-tiempo-de-los-cunados

         (Publicado en La Nueva Crónica de León, en una sección titulada "Las razones del polizón", el 22/05/2022) Foto: Getty

domingo, 15 de mayo de 2022

Razones de un polizón

 


No es fácil escribir, encajarse cada semana en cerca de tres mil caracteres y “hacerse el listillo”, como bien dice un amigo, agarrando un asunto por los pies y dándole un revolcón personal que no lo parezca demasiado como para no interesar a nadie. No es fácil porque sí lo es obsesionarse o tomárselo a la ligera, los dos costados de esta cuerda floja. Y, sobre todo, porque lo más normal es no sentirse en absoluto capacitado o seguro, sentirse polizón no solo por el sitio sino también a causa de tus propias palabras y de las ideas que pudieran acarrear. Rumio a lo largo de cada semana sobre qué podría tratar el domingo y cada día que pasa me acerco a ello con más vacilación y más frases inútiles, la mayoría descartadas al final. A veces el único alivio lo encuentro en la caducidad del periódico del día, consuelo absurdo porque lo escrito escrito está. Seguir leyendo: https://www.lanuevacronica.com/razones-de-un-polizon y también aquí, a propósito: https://www.lanuevacronica.com/uno-lleva-a-cuestas-lo-que-ha-leido-pero-no-lo-puede-examinar-a-conciencia

         (Publicado en La Nueva Crónica de León, en una sección titulada "Las razones del polizón", el 15/05/2022)