Ofendidos y perplejos

 

Hace más de medio siglo Umberto Eco dividió el mundo entre apocalípticos e integrados. La actualidad ha simplificado la cuestión, agraviados y confusos son los grupos predominantes en los veinte del veintiuno. Aunque producidos en el mismo invernadero, varias diferencias distancian su actitud: los primeros se jactan y exhiben sus berrinches con ese punto de agresividad que caracteriza la ocupación de territorios imaginarios; los segundos sufren discretos la derrota de antiguas certezas, no saben si por su obsolescencia o por sus nuevas e ininteligibles versiones. La realidad supera a ambos.

Los ofendidos, “ofendiditos” según quienes ofenden con superioridad y sorna, se guarecen en signos y símbolos de una identidad prefabricada, uniformes prêt-à-porter y trincheras desde las que expulsan a advenedizos o se enardecen a la mínima. Sea la Virgen del Rocío o el himno de su comunidad de vecinos, la mera mención de sus posesiones sentimentales por parte de ajenos, con intenciones satíricas o simplemente analíticas, supone una violación de su sancta sanctorum penada con ostracismo, réplica injuriosa y “bloqueo”, esa muerte de mentira. Seguir leyendo: https://www.lanuevacronica.com/ofendidos-y-perplejos

   (Publicado en La Nueva Crónica de León, en una sección titulada "Las razones del polizón", el 23/04/2023).

La más alta Torres

 

Iba a iniciar una serie de perfiles sobre los candidatos a las municipales en unos días, pero los acontecimientos superan cualquier calendario. No sé qué sucederá este lunes con la candidatura del PP a la alcaldía de León tras los tumbos extravagantes de su cabeza de lista. Escribo sin red, pero más o menos era esto.

Margarita Cecilia Torres Sevilla-Quiñones de León, según apunta su propia página de Wikipedia, es una historiadora y política del Partido Popular. Lo último, “después de ser decepcionada por el PSOE” según propias declaraciones, se concretó en el mandato de Antonio Silván, cuando fue aupada a Concejala de Cultura a causa de su “descubrimiento” de que la Colegiata de San Isidoro albergaba el Grial. Ese mismo aval parece haberle servido para la candidatura en curso, al menos a fecha de hoy.

En esta ciudad nadie afirma en público ciertas cosas aunque sean un clamor. Todo el mundo sabía o debía saber que aquel supuesto estudio sobre el Grial, un objeto de ficción, que se convertía en acicate para visitas incautas, era un montaje. O un mal trabajo. O ambas cosas. Ahora todo el mundo parece saberlo y tampoco se dice. En la Universidad, donde parecen crecer misticismos de ocasión, por supuesto lo sabían y lo comentaban en corrillos, pero no salieron a proclamarlo y a defender el prestigio de esa tan magna institución, desgastado por esa regresión al universo del ocultismo. Tampoco decía nada en contra la prensa que presentaba el “hallazgo” como un milagro de la ciencia silenciando las risotadas de la Academia o cualquier búsqueda rápida en esa misma Wikipedia (voz “Grial”) donde se detallan las ficciones en que se sustenta, tan creíbles como el cuento de Caperucita. Y, por fin, tampoco decían nada los políticos, que en privado se tronchaban de la risa sobre este cuento de hadas, por si llegaba algún turista más (qué poco respeto por ellos), León salía más apreciado (qué poco respeto por León) y, en especial, por si con ello ganaban más votos Toño, Toñín y el que afina su clavecín. Seguir leyendo: https://www.lanuevacronica.com/la-mas-alta-torres

   (Publicado en La Nueva Crónica de León, en una sección titulada "Las razones del polizón", el 16/04/2023).

El chamán y el nadador

 

En lo más profundo de la cueva prehistórica de Lascaux, en la Dordoña, fue representada una de las escenas más enigmáticas del arte paleolítico: una rígida figura humana -¿yacente o cayendo?- tal vez desnuda, con el miembro erecto y los brazos abiertos, provista de una cabeza o máscara quizás de ave, deja caer o está junto a una especie de bastón rematado en una forma de pájaro, ¿el cayado de un chamán? Frente a él, un bisonte que, acaso atravesado por lanzas, lo embiste enardecido. A la espalda del hombre pero cerca se pintó un rinoceronte. Esta “escena del pozo” ha intrigado a los investigadores desde siempre y abundan las interpretaciones aunque quizás se resuman en la sensación de incertidumbre y misterio que provoca en el espectador, como si en ella se concentrase la inmensidad de lo que desconocemos sobre nuestros antecesores, sus angustias y creaciones.

En un pequeño cementerio cercano a Paestum, ciudad de la Magna Grecia al sur de Italia, se encuentra una tumba cuyas losas se adornaron con varias imágenes: las laterales disponen un banquete o simposio con alegres invitados (curiosamente son doce) mientras en la losa superior un muchacho se zambulle desde una suerte de trampolín hacia aguas ondulantes en un paraje abierto, mediterráneo, insinuado por dos árboles. Levita en un cielo prístino desde hace dos milenios y medio. Esa pintura ha fascinado de siempre a especialistas y público por su frescura, ligereza, modernidad y, cómo no, por la interpretación que cabe en ella. La tumba del nadador invita a pensar que celebra la oportunidad de la vida en el momento de su conclusión, en el instante del último convite con los seres queridos, de la postrera zambullida. Seguir leyendo: https://www.lanuevacronica.com/el-chaman-y-el-nadador

   (Publicado en La Nueva Crónica de León, en una sección titulada "Las razones del polizón", el 09/04/2023).