domingo, 27 de junio de 2021

Notas para otro recibo de la luz

 


Aunque no lo sepamos con certeza, la posesión y producción del fuego hubo de ser uno de los primeros y decisivos avances del humano, no tanto para preparar su comida como para combatir los miedos y peligros que las tinieblas amparan. Ese fuego, llevado a lo más profundo de las cavernas, dio origen a las primeras actividades que podemos llamar arte, aquello que nos diferencia ya no de los animales, sino de lo peor de nosotros mismos. Miles de años más tarde, un filósofo griego hizo de una caverna iluminada el motivo más conocido de su teoría para explicar el conocimiento. Un conocimiento que era luz.

En el siglo XII, el abad Suger de Saint-Denis imaginó una arquitectura construida de claridad, liberada de muros, elevada al cielo. El ansia de misticismo del gótico alzó esqueletos de edificios resplandecientes fundamentados en una matemática tan rigurosa y embaucadora como la filosofía de Tomás de Aquino. Una frase lapidaria resumía aquella obstinación: “Dios es luz”. Una centuria después, la soberbia de esas construcciones se desplomaba desde casi 50 metros en el coro de la catedral de Beauvais. Seguir leyendo: https://www.lanuevacronica.com/notas-para-otro-recibo-de-la-luz

 (Publicado en La Nueva Crónica de León, en una sección titulada "Las razones del polizón", el 27/06/2021)

domingo, 20 de junio de 2021

El principio del final

 


Muy cerca, al culminar la calle en cuesta, diviso el lugar y me desmoralizo. He hecho tiempo para llegar a la hora precisa y lo que menos esperaba era la larguísima fila que, antes de que abran el edificio, ya serpentea en torno suyo. Todos no pueden ser de enero, pienso, aquí hay tongo, y me cabreo por lo bajinis. Pero después pienso que sí, que seremos muchos, que somos la generación boomer, la prolífica, la de las proles, qué más da. Me coloco en la fila, muy distanciado de la puerta y oigo a una pareja delante: “yo soy de agosto pero no lo miran, te pinchan igual”. Abren, la muchedumbre se electriza.

A estas horas primeras de la tarde el sol arroja calderadas de fuego sobre los... ¿filandantes? Debería existir un nombre al menos en países donde ha sido tradición. Codiciamos la breve sombra de una torreta de la luz, de un arbolillo mustio durante los instantes en que permanecemos parados, pero se avanza. Hay mujeres con paraguas y hombres con viseras o pañuelos de nudos muy boomers. Los que llegan buscan dónde ubicarse y sus aspavientos y maldiciones dan juego a comentarios jocosos fila adelante y a una absurda superioridad topográfica. Ese mismo instinto, pienso, me juzga con mejor aspecto que los de mi generación: la indulgencia con uno mismo debe ser el segundo efecto secundario de esta cita. El primero, la insolación. Seguir leyendo: https://www.lanuevacronica.com/el-principio-del-final

(foto: Leonoticias)  (Publicado en La Nueva Crónica de León, en una sección titulada "Las razones del polizón", el 20/06/2021)

domingo, 13 de junio de 2021

La prótesis

 


Para el Estado el ciudadano nunca fue un sujeto bien terminado. Desde siempre lo tuvo por carente y falto; si infeliz, lo era a causa de sus propias imperfecciones. Hace años le faltaba una póliza, una tasa, la fotocopia compulsada del DNI, el certificado de su propio nacimiento o de su propia defunción. Ahora se le requiere un teléfono, un ordenador, un enlace wifi. Y su correspondiente conexión eléctrica para que pueda usar tarifas muy nocturnas. Todo este aparataje se ha convertido en su prótesis, aquello que le falta para acceder a la sublime gestión de su propia riqueza, el gobierno de sus propios asuntos delegados a la Administración, con mayúscula.

Pero el Estado no inventa, hace tiempo que no lo hace si es que alguna vez sucedió tal prodigio. El Estado se limita a replicar los comportamientos de los empresarios que, al fin y al cabo, lo tutelan y moldean a su imagen y semejanza. Pese a lo que proponían sus lemas, para las empresas el cliente siempre fue un ser defectuoso y desprovisto de razón cuya única razón de ser se liquidaba en caja. Si las empresas nos exigen hacernos con un artilugio donde frecuentar sus oficinas virtuales, si nos instan al aprendizaje de una serie de mañas con que poder deshacerse de legiones de trabajadores, si usan y abusan de nuestros medios para sus fines ¿por qué el Estado no iba a hacer lo mismo sobrándole como le sobran legiones de funcionarios de la generación boomer y no faltándole como no le faltan las excusas (la oficina sin papel, la ventanilla desde casa, etc.)? Seguir leyendo: https://www.lanuevacronica.com/la-protesis

      (Publicado en La Nueva Crónica de León, en una sección titulada "Las razones del polizón", el 13/06/2021)