Hay mucha gente que no vota. Aún no es tan numerosa en
España como en otros países, pero en ocasiones el porcentaje impresiona porque,
de movilizarse, daría la vuelta a cualquier elección. Contra lo que a veces se
oye, esa gente tiene el mismo derecho a quejarse que los demás. De hecho, no
votar constituye muchas veces la queja más contundente y clamorosa, consciente
o no, contra el sistema y sus rincones, denunciados por medio de una medida
radical: no ejercer el máximo derecho que la democracia confiere a cada
ciudadano. Renunciar a aquel no implica renunciar a esta. Seguir leyendo: https://www.lanuevacronica.com/vivir-dormir-tal-vez-votar-y-8
(Publicado el 28/04/2019 en La Nueva Crónica de León, en una serie llamada "Las razones del polizón")