lunes, 4 de septiembre de 2023

Metafísica de la canícula 5: Diógenes y la celebración de la sombra

 


Diógenes de Sinope -no confundir con los varios de su nombre que habitan filosofía y tratadística griega- era un cínico, o, dicho de otra forma, “perro” (sobrenombre de actualidad por motivos ajenos). Su despojamiento de lo mundano era tanto que solo concebimos verlo en agosto como el resto del año: no se mueve del sitio, aunque busque, a la sazón, la benéfica sombra. Su opción es compartida por multitud de conciudadanos que no veranean según las distintas y tópicas alternativas que venimos glosando a la griega. Lo hacen en casa, con las persianas a media asta, la terraza por trinchera y algún paseo nocturno para buscar una fresca honesta.

Pese a su frecuencia, esta práctica quebranta la moral de las costumbres y podría verse como subversiva. Así lo siente Diógenes.

-        A mi manera contribuyo al bienestar de mis semejantes aunque estos estén lejos de agradecerlo. Ellos me condenan a quedarme, pero yo los condeno a irse –y apoya su alegato con un aparatoso requerimiento al camarero que este, con la familiaridad que les une, interpreta con un desprecio más olímpico que délfico.

-        ¿Qué local es este que no atiende a sus clientes como merecen? ¿Hallaremos aquí un solo hombre honrado? – y apunta con la linterna de su teléfono hacia la cara del camarero ignorante (pues le sigue ignorando). Seguir leyendo: https://www.lanuevacronica.com/opinion/metafisica-canicula-diogenes-celebracion-sombra_142900_102.html?fbclid=IwAR2VyaQKdqz7Nm5nGuyQp1gB9VE7hPrDIhG58uISYo_4sA93tchgt0BpGAo

     (Publicado en La Nueva Crónica de León, en una sección estival titulada "Metafísica de la canícula", el 24/08/2023).

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