Es una evidencia, la Navidad empieza antes cada año y, como contra la deriva continental o la facundia del alcalde de Vigo, nada podemos hacer para evitarlo. Pongámonos, por tanto, manos a la obra para limitar daños y cauterizar heridas, en este caso en las redes, ese espumillón de vanidades.
1. La Navidad comienza, como pronto, con el soniquete de la Lotería. No sea prematuro y cargante.
2. Usted no le gusta a todo el mundo, eso no cambia por mucho que lance parabienes, convoque papás-noeles sobre renos narigones o divulgue musiquillas casca-bélicas. El siete de enero acaba el armisticio.
3. Las
redes sociales ocupan un tiempo precioso en estas fechas. Si no tiene otra cosa
que hacer (colocar adornos, comprar regalos, poner la mesa, cocinar, fregar
platos, beber, zampar…), no insista en lo bien que adorna, regala, cocina,
friega, bebe, zampa, etc. No cuela: está ocioso y, a menudo, aburrido. Seguir leyendo: https://www.lanuevacronica.com/opinion/prontuario-internauta-navideno_167333_102.html?fbclid=IwY2xjawHkmjlleHRuA2FlbQIxMAABHUtmDErDUbg9iHPL6XALVBu7y5quscoAe_Kb4CIkTgi17crG81epdTLQGA_aem_lUHy-5i2qeP4QJVrT25tHg
(Publicado en La Nueva Crónica de León, en una sección titulada "Las razones del polizón", el 15/12/24)
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