domingo, 19 de enero de 2025

Un pasado no pasado

 


Hace algunos años, en un aula y rodeado de chavales varias décadas más jóvenes, la profe preguntó cuál era nuestro tiempo histórico preferido. Para mi sorpresa, ni edades medias ni imperios romanos: los años ochenta triunfaron por goleada. Callé algo contrito pero estuve a punto de revelar mi condición fósil afirmando que yo los había vivido y no eran así; no eran así. Los tiempos están cambiando, decía Dylan, y con ellos cambian los tiempos pasados, se mitifican o reprueban al albur de nuestro capricho generacional que tiene que ver sobre todo con el encanto de lo ajeno y el recelo hacia lo vivido. Las edades de oro siempre son mitos.

Viene esto a cuento por el franquismo, los “memorabilia” sobre su final agónico y la nueva fama que cobra la dictadura entre quienes ya no la celebran con nostalgia de su juventud, como aquellos, sino con el desconocimiento que cualquier cosa encumbra.

Este país no abunda en efemérides democráticas. Carentes de revoluciones prosperadas y con un antifranquismo de larga, penosa y frustrada duración, resulta complicado adjudicar un momento preciso al alumbramiento de nuestro actual sistema político. Sin embargo, la muerte del dictador y, por tanto, el comienzo del proceso que restauró la democracia opta sin duda a ese catálogo de fechas cuya posible cúspide se festeja todos los años a principios de diciembre. No veo problema en conmemorar un fin que se convirtió en principio como no lo hay en los muy conmemorados centenarios y cincuentenarios de acontecimientos menos relevantes a estas alturas, ya sea sobre reyes medievales o gestas heroicas de mentirijillas. Que el gobierno sea tachado de oportunista por ello revela que aún no ha cicatrizado aquella etapa histórica y todavía proyecta su sombra sobre el presente de forma inquietante. No es este aniversario quien saca el cadáver a pasear, sino quienes no reconocen lo putrefacto que siempre estuvo. Seguir leyendo: https://www.lanuevacronica.com/opinion/pasado-no-pasado_168937_102.html?fbclid=IwY2xjawH61i9leHRuA2FlbQIxMAABHVS3iPEDv_-tWHD-iseygqdr5EtCcrrYR-9t0sCNQVlxmuTs9_0QpVf15g_aem_0hRn_J6XxlsV9C2E3Fx9xA 

               (Publicado en La Nueva Crónica de León, en una sección titulada "Las razones del polizón", el 19/01/25)

lunes, 13 de enero de 2025

El otro lado del espejo

 


La inexistente “Fundación tan Española como otras de Abogados Laicos” anuncia que, tomando como fundamento el  artículo 16.3 de la Constitución española, el código civil y el sentido común, ha emprendido las siguientes acciones legales en forma de denuncias y querellas varias y pirotécnicas.

Contra la iglesia católica española y sus distintas instancias y escalafones:

-        Por abusos continuados y sistémicos a menores y la ocultación prolongada de tales delitos.

-        Por trato discriminatorio y denigrante hacia las mujeres y hacia colectivos de distinto género y orientación sexual.

-        Por colaboración y connivencia con la dictadura.

-        Por la inmatriculación a su nombre, con ocultación y alevosía, de miles de propiedades y bienes raíces que ni son suyos ni deberían.

-        Por la cuestionable propiedad plena de inmuebles mantenidos, reparados, reformados y reconstruidos con caudales públicos.

-        Por la falta de contribución al bien público mediante el pago de impuestos.

-        Por cobro de tarifas irregulares con subterfugio de su carácter voluntario.

-        Por la adscripción confesional de menores sin posibilidad de reafirmarse o anular tal hecho en la mayoría de edad con idéntica facilidad. Seguir leyendo: https://www.lanuevacronica.com/opinion/otro-lado-espejo_168607_102.html?fbclid=IwY2xjawHxqQFleHRuA2FlbQIxMAABHYANWJDwjHCjTyiEGmPvp2ebzI9aVrP3T7ct_Dxk6O8-6DBLNL0pOr81yw_aem_rm_MOHNfcFaj7WvJF2ZBFA 

               (Publicado en La Nueva Crónica de León, en una sección titulada "Las razones del polizón", el 12/01/25)

lunes, 6 de enero de 2025

Niebla

 


Las costumbres son poderosas y, a fuerza de insistencia, recorrer el monte a diario se ha convertido en el centro de gravedad de su día a día. Pero hoy las condiciones climáticas confunden el camino con sus desvíos y los senderos conocidos se ofrecen como antesalas de una alucinación. Una gasa impalpable y glacial lo envuelve todo. ¿Qué importa? ¿Acaso la novedad, una novedad liviana como esta, no alienta los placeres de la rutina? Acorta las zancadas y titubea y sus ojos se endurecen para compensar su escasa eficacia; el paseo se convierte en un ejercicio arriesgado ¿y si se perdiese o cayera en este horizonte abismal?

Pese a todo, cada paso provoca una extraña sensación de descubrimiento: el mundo es revelado al ritmo de la marcha como si fuera creado por el mero hecho de recorrerse y disuelto cuando queda atrás. Camina en una burbuja de superficie confusa que otorga existencia solo a aquello que abarca. Él es su centro y no le está permitido tocarla. Un orbe para un solo habitante.

Al cabo de unos minutos se familiariza con las condiciones de esta nueva realidad y no echa de menos las cualidades de la antigua, con su vulgaridad categórica. Juzga aquella precisión petulante, hostil a las sugestiones que ahora estima. El desvanecimiento de los límites abre territorios nuevos, también desprovistos de demarcaciones y, tal vez, de ataduras. Seguir leyendo: https://www.lanuevacronica.com/opinion/niebla_168278_102.html?fbclid=IwY2xjawHps_1leHRuA2FlbQIxMAABHRdmfMfw0kmPq-jyOjWeZsPZinbQ-p9Y9ppN7RR5-rDfak-_1ODp0LFzNg_aem_sT3fGz9StNM-_r3dlbNEhw

               (Publicado en La Nueva Crónica de León, en una sección titulada "Las razones del polizón", el 05/01/25)