lunes, 26 de octubre de 2020

La piedra y el virus

 


La simplicidad simplifica, elude complicaciones o compromisos, merma, cercena o esquiva. La simplicidad de su constitución y comportamiento se convierte en el impedimento mayor de la lucha contra un virus, contra todo tipo de virus. Son tan escuetos que es muy difícil combatir sus debilidades, pues aparentan no tenerlas. Es como desmenuzar una piedra, obtenemos más piedras. Puede que sean la entidad más abundante del planeta pero ni siquiera se sabe si están vivos del todo y su existencia solo puede garantizarla parasitar estructuras más complejas de forma expeditiva. Las viraliza. La eficacia de lo vírico reside en que vive y prospera gracias a la debilidad ajena.

Por eso Trump, por eso Bolsonaro, por eso Abascal. Todos (y son tantos) responden a ese mecanismo básico, agresivo, bajoventral. Estriba ahí su fortaleza: ofrecen soluciones imposibles de analizar, rotundas y crudas como una piedra. Una piedra presta a ser arrojada contra otro. Más España, más bandera, menos emigración, más “libertad”, menos impuestos… Más y menos, una primitiva matemática de restas y sumas. Seguir leyendo: https://www.lanuevacronica.com/la-piedra-y-el-virus

 (Publicado en La Nueva Crónica de León, en una sección titulada "Las razones del polizón", el 25/10/2020)

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