El pasado domingo se produjeron gritos racistas en el estadio de la Cultural. Como en otros casos muy conocidos y frecuentes, a nadie le extraña que se intente identificar a sus autores y tomar medidas al respecto. En la final de la Super Bowl de ese domingo el espontáneo portador de una bandera palestina fue castigado con una expulsión de por vida de los campos de fútbol americano. Una actriz nominada a los Oscar ha sido retirada de la promoción de la película a causa de sus manifestaciones racistas. ¿Lógico o no? El deporte lo tiene muy claro, pero parece ser que en cuanto sucede algo parecido en otros ámbitos empezamos con la cantinela de la cultura de la cancelación, lo woke y demás tópicos ridículos. Que no le dejan a uno ser facha, vaya. Mira la reunión de Madrid, casi no han podido decir nada. Los pobres.
Nadie se sorprende de que una empresa rescinda el contrato de quien la representa si este se manifiesta públicamente en contra de los valores que defiende esa empresa. Eso no es “cancelar”. O sí, si ahora se llama así, díganselo a la RAE. Por otra parte, la película de marras seguramente es buena y la interpretación, puesto que ha sido escogida entre muchas, sobresaliente. No quita lo uno para lo otro. Nadie ha “cancelado” el filme ni su candidatura. Si no le dan el premio se dirá que ha sido por sus opiniones, por supuesto, pero ¿cómo no hacerlo? ¿Cómo no reconocer que su papel ha sido excelente pero que no se la premiará por esas opiniones? Dicen que a Borges no le dieron el Nobel por su simpatía hacia Videla. Hay tantos casos… Las distinciones distinguen a las personas pero también estas califican al premio. Kissinger fue Nobel de la paz. Seguir leyendo: https://www.lanuevacronica.com/opinion/cancelacion-woke_170502_102.html?fbclid=IwY2xjawIfw7lleHRuA2FlbQIxMAABHQiWUubp09jf_RvutAA03gOZgWORpIZr18a-5oQ11NoHjbNOBDhDPNbniA_aem_SJq9Ri3YXo4rreDdG2Swtw
(Publicado en La Nueva Crónica de León, en una sección titulada "Las razones del polizón", el 16/02/25)
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