domingo, 2 de julio de 2023

Orgullo y prejuicios

 


El Día del Orgullo por poco le pilla a Santiago Abascal en León. El orgullo LGTBI era una actividad reivindicativa necesaria antes de su partido; ahora es más imperiosa aún. Ese es un tanto que puede apuntarse “Santi”, como le llaman. Santi vino a dar una arenga con sus propios orgullos, que son más jactancias que otra cosa. Hay gente que se siente orgullosa de cosas rarísimas que no tienen nada que ver con ellos o sus méritos: se sienten orgullosos de negar los hechos como si fuera un acto de rebeldía o de historias que hace siglos dejaron de existir y cuya crónica han convertido en un cuento de Calleja o Disney. Incluso, como le pasa a Vox, se sienten orgullosos de países que solo constan en su imaginación o fracasaron hace más de medio siglo. El líder de Vox se siente orgullo, además, de cosas vergonzosas: siente orgullo de pretender que la vida de la gente sea peor si llega a gobernar. Se siente orgulloso de sus prejuicios.

Critican a Santiago Abascal que nunca haya trabajado fuera de la política o no haya hecho la mili. No es censurable, por supuesto. Ni siquiera que conozca tan bien los chiringuitos como para afirmar que los quitará y después fomentarlos. Esto es conocido y no importa demasiado. O al menos no debería importar tanto como que su partido intente reducir la libertad de las personas (esa es la “libertad” que pregonan: la de limitar la de otros) o ponga en riesgo el futuro de todos negando avances y conclusiones científicas probadas. Sobre todo debería importar que su partido sea el agujero negro donde se cuelen logros y avances sociales, políticos, culturales e intelectuales de varias generaciones. Seguir leyendo: https://www.lanuevacronica.com/orgullo-y-prejuicios

   (Publicado en La Nueva Crónica de León, en una sección titulada "Las razones del polizón", el 02/07/2023).

 

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