martes, 25 de julio de 2023

Mentira cochina

 


Cuando éramos críos, si tocaba discutir frente a un adulto sobre la responsabilidad de una travesura el argumento socorrido de los más maliciosos era culpar al otro y, cuando éste se revolvía, afirmar con aplomo: “mentira cochina”. Con esa táctica parecía que ambos mentían o ambos decían la verdad y no había manera.

En los debates políticos del pasado, como en las discusiones civilizadas y adultas, los interlocutores esquivaban con mil perífrasis acusar al oponente de mentir; no solo era una chiquillada como argumento sino una imperdonable descortesía. Falta usted a la verdad, está equivocado, mal informado, sus datos no son correctos, etc. Un sinfín de rodeos venía a sugerir que, en efecto, el adversario mentía, pero sin llegar a decirlo, sin que la afirmación cuajara como el agravio que es. Con tal compostura la discusión podía prosperar. Que, como sucedió en el debate del lunes, se pueda decir ahora -¡tantas veces!- sin que nadie se levante de la mesa o se indigne de forma que la conversación no prosiga es un signo de los tiempos. Quizás el signo de los tiempos. Seguir leyendo: https://www.lanuevacronica.com/mentira-cochina

   (Publicado en La Nueva Crónica de León, en una sección titulada "Las razones del polizón", el 16/07/2023).

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