domingo, 8 de mayo de 2022

La voladura de los recuerdos

 


Este viernes se volaron las torres que refrigeraban la térmica de la Robla, mastodontes de más de cien metros de altura que dominaban ese paisaje desde hace medio siglo. Suficiente tiempo para que se hubieran convertido en una estampa familiar y suficiente para que se reclamase su conservación aduciendo que ya eran parte de la memoria del valle. De emblemáticas, y hasta míticas, se las califica en estos días. Quizás cuando se construyeron alguien echó de menos el antiguo paraje donde había pasado su vida, reclamando, siquiera íntimamente, su derecho a mantenerlo indemne. Quizás alguien lo contemple de nuevo y rescate sensaciones perdidas. Del derribo quedarán imágenes y vídeos, otra performance de tanta postrimería.

La memoria cada vez es un artilugio más flaco y maleable y sus necesidades más urgentes y tornadizas. En el frenesí de nuestras sociedades entregadas a la obsolescencia vemos desvanecerse el teatro de nuestra vida como ninguna generación lo hizo, tan rápida y absurdamente que nos aferramos a cualquier vestigio con tal de que ofrezca la suficiente peculiaridad, un anclaje con pasados personales a menudo imaginarios. Identidad llamamos a los placebos contra esa frustración. Seguir leyendo: https://www.lanuevacronica.com/la-voladura-de-los-recuerdos

         (Publicado en La Nueva Crónica de León, en una sección titulada "Las razones del polizón", el 08/05/2022)

 

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