Hace unos años, algunos pedagogos y expertos del gremio
se empeñaron en tomarse en serio los juegos y holganzas infantiles, metiéndolos
en el mismo saco que sus concienzudos teoremas sobre la enseñanza. Sin dar un
respiro, vaya. Nacieron entonces engendros de todo tipo, muchas veces con un
refrendo nominalista de fácil cuchufleta. Como aquella denominación para referirse
al recreo del colegio que, bajo el neologismo “segmento lúdico”, resumía el
espíritu de un didactismo que demasiadas veces consistía en llamar a las cosas
de siempre con un nombre diferente, flamantemente cretino y expandido en
general. Seguir leyendo: https://www.lanuevacronica.com/segmento-ludico
(Publicado el 17/06/2018 en La Nueva Crónica de León, en una serie llamada "Las razones del polizón")
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