Ha quedado bonita la plaza del Grano. ¿Cómo no iba a quedar
bonita? Otra cosa es que sea la misma plaza, pero bonita está.
Se planteó
durante el siglo XIX en términos muy definidos el debate sempiterno sobre cómo
cabe actuar con los vestigios del pasado para corregir las incurias del tiempo,
cómo tratar sus achaques y desperfectos para traerlos al presente. En aquel
momento, los partidarios de la mera protección de lo llegado hasta nosotros fueron
representados por las tesis del británico Ruskin y sus tratados (“Las siete
lámparas de la arquitectura”, “Las piedras de Venecia”...). Seguir leyendo: https://www.lanuevacronica.com/que-bonita-plaza-del-grano(Publicado el 10/06/2018 en La Nueva Crónica de León, en una serie llamada "Las razones del polizón". La foto es de Mauricio Peña, en LNC)
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