El chirrido
desagrada y aturde como proveniente de un lugar maléfico. Las ramas amputadas emergen
del tronco clamando mudas con ondas de dolor dibujadas en el tajo. Recuerdan
imágenes horribles de guerras, estampas de Goya, pesadillas bíblicas, tormentos.
Un árbol vivo es muy diferente a un ser humano, pero la muerte los hermana en
una sucesión de instantes agónicos, desolados, que el silencio de aquel convierte
acaso en más penosos. Las máquinas que mutilan con estruendo han dejado su
figura absurda, descompuesta y abierta en canal, rodeada de briznas y astillas
y hojas secas, coágulos y despojos a sus pies. Porque aún sigue en pie, sus
raíces escondidas, cuerpo a tierra.
Ayer acabó exhausto
y desnudo, suplicante, con los muñones más gruesos alzados a un cielo inclemente.
Sus hijuelas, ramajes, hojas se han ido desperdigando o amontonando
desquiciadamente. Hoy han terminado el trabajo imponiendo orden, los tocones en
una pirámide y la hojarasca hacinada: el catálogo de sus tiempos y mudanzas se
ha convertido en leña, serrín, polvo.
Era un
individuo espléndido, de generosa fronda, dador de sombra, cobijo, murmullos y
alivio. Mitigaba las líneas hostiles de las construcciones humanas y la brusquedad
de sus actos con una ligereza vibrante y quieta. Participaba de las estaciones
y se plegaba a su designio con esos gestos conmovedores que solo otros apreciaban;
pues se ofrecía sin voluntad, precio o conciencia: los otros eran quienes
valoraban. Son otros quienes ahora lo tasan y abaten. Porque los árboles son
únicamente árboles. Este árbol vivía en un parque y nos es posible imaginar la
indiferencia de los árboles vecinos, tal si su destino les importara el mismo
bledo que parece importarle al que ahora cae la energía indiferente y metódica empeñada
en hacerlo pedazos. El reloj urbano que se alza a su lado se burla de metáforas
que les importan nada, antes y ahora. Son solo un árbol y un reloj. Seguir leyendo: https://www.lanuevacronica.com/opinion/postrimerias-6-muerte-arbol_187384_102.html?fbclid=IwY2xjawOmAjtleHRuA2FlbQIxMABicmlkETBMRG9IN0gzUGw5YjdLNlpHc3J0YwZhcHBfaWQQMjIyMDM5MTc4ODIwMDg5MgABHr_MECvERZ96srudpNlkMWjs0sXB2TgeEC2J422ZlpZ9O4QuGungObJow1lA_aem_69dEMwI-SvhU5p1VRDWlOA
Foto: Paula Padierna.
(Publicado en La Nueva Crónica de León, en una sección titulada "Las razones del polizón", el 07/12/25)

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