domingo, 5 de mayo de 2024

Es el diccionario, estúpido

 

Decían “la economía, estúpido”. Pero la economía va como un tiro y ¿a quién le importa? Ocurre que esta política es tan nueva que para nombrar sus fenómenos puede que haya que señalarlos con el dedo. Porque también del diccionario desconfiamos: hablo como me da la gana, dice el adolescente, el dialectal, la tribu, el ofendido... Digo lo que quiero y como quiero. Y empieza el descalabro.

Hay una Academia, Real pero no de la Lengua (sino de la lengua), poniendo encima de la mesa (y en pantalla) un Diccionario que, aun pretendiendo aquello de Borges sobre la infinitud encuadernada (y enchiptada), en realidad ofrece unas reglas de juego. También lo ponemos a escurrir, qué se habrán creído, esto se dice y no viene, lo otro no y aparece, por qué valen la y el COVID, a mí me gusta esa tilde… Lo de “los cabrones de la Academia”, un mal día de Valle Inclán y Don Latino, ha calado como esos retales de texto que acaban por no significar nada: el crudelísimo abril o el viaje a esa Ítaca que cuando llegas resulta un tostón. Todos somos un poco seleccionadores de fútbol y un poco académicos. Razón no falta, por descontado, que pregunten a mi amigo Ernesto Rodera y sus maláforas. Maláfora es el concepto de nuestro tiempo, mezclamos churras con témporas continuamente. Seguir leyendo: https://www.lanuevacronica.com/opinion/es-diccionario-estupido_156082_102.html?fbclid=IwZXh0bgNhZW0CMTAAAR2QOIdpMGZfBoHl5W5Q1RD4OZiC7bdq_DAh5OK_mik5wL7NI7BEKOQSQoA_aem_AZCj4cwx-WEMMYl6g-tBr0SBq3uX-paL8WuFoEH51gOnpqT3Sudr_BhM8haOgj9MmFZ6NqkGo_kjCbSQolP3lfZx

       (Publicado en La Nueva Crónica de León, en una sección titulada "Las razones del polizón", el 05/05/2024)

 

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