Ganó Tamames. La moción de censura triunfó. No quedó claro cómo, la ausencia del diputado Casero no hizo fácil señalar culpable. Según una teoría, muchos se equivocaron de botón a causa de la dormidera provocada por los discursos; según otra, fue un fallo del sistema informático: las computadoras siempre han sido muy de derechas. No había vuelta atrás, Tamames sería presidente del gobierno. Mientras acudían a felicitarlo el anciano gritaba despavorido “¡Apártense, qué quieren de mí, quítense de en medio, atrás!” Los ujieres de la cámara lo llevaron en volandas a por una tila.
Costó convencerlo: su inexperiencia en las redes sociales le hizo creer que todo era una broma virtual. Puñetero internet, clamaba, no vine yo para cuchufletas. El partido que lo propuso tampoco daba crédito y Abascal rumió una nueva moción para suplantar al transido profesor; “va a ser mucha potra repetir jugada”, acabó por resignarse. Pidieron al aspirante que renunciara pero ni de coña, afirmó tajante, llevaba esperando esto desde que no pillé cacho en el PCE, dicen que rezongó. Todo son rumores. Seguir leyendo: https://www.lanuevacronica.com/un-sueno-de-resines
(Publicado en La Nueva Crónica de León, en una sección titulada "Las razones del polizón", el 26/03/2023).
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