lunes, 19 de septiembre de 2022

La conjura y los necios

 


Comenzó con una típica conseja de viejos –para inviernos fríos los de antes- y con los avisos desatendidos de agricultores que anotaban el anticipo de la floración año a año o usaban cada vez más gotas de agua en los kibutz israelíes, allí donde se cuentan una a una para sacar adelante los cultivos. Pero ya ha llegado al extremo de ahogar este verano en sofocos, sequía e incendios y a dejar cada año un reguero de calamidades in crecendo. Hablo del mayor reto que tiene entre manos el ser humano, porque implica su supervivencia. No la del planeta, la nuestra: la del clima que permite nuestra vida en él.

Sin embargo retrocedemos, porque la primera de las reacciones a un trauma es la negación. Por eso damos cancha a los negacionistas. ¿Se imaginan una reunión científica sobre, pongamos geoposicionamiento, con un terraplanista como invitado? ¿Una de antropología con un creacionista? Invitamos a grotescos bocazas a participar en debates como si su opinión importara o sirviera para algo, aparte de estorbar y enturbiar. Son tipos que hablan de conspiraciones y del “establishment” de la ciencia comparándose a sí mismos con Galileo y para difundir sus sandeces utilizan artefactos y tecnologías que funcionan gracias a aquello cuya existencia niegan. A uno puede no gustarle Velázquez o Mozart pero las leyes de la termodinámica no son un antojo de la personalidad. Seguir leyendo: https://www.lanuevacronica.com/la-conjura-y-los-necios

 (Publicado en La Nueva Crónica de León, en una sección titulada "Las razones del polizón", el 11/09/2022)

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