martes, 30 de agosto de 2022

Operación Visera (una odisea moderna) 8: Penélope


 

Sí, hombre, no tienes más que tomar por la senda de Quiebralhueso, comodísima, y torcer en cuanto llegues a la corta de la Hondonada Chunga, no la de despeñarse, la otra; encuentras después la Fuentelsapo que ya no tiene agua, no te la pases, que está tapada de zarzas, y justo allí tiras para Montelcura, que es un prado de pedruscos con una trocha en medio. A la miaja de andar, llegaste, no tiene pérdida. Lo reconocerás por un abedul que hay, si no se ha secado, que yo hace treinta años lo menos que no hago ese camino.

Esas fueron las indicaciones lugareñas para un breve paseo campestre a la fresca y ahora nuestro anónimo protagonista se ha extraviado para toda la mañana. ¿Volverá? Seguro, esto no es un mito griego, aunque regrese hecho unos zorros, sediento, requemado y muerto de hambre como un héroe griego.

Entretanto, ella, la perseverante esposa, disfruta de ese descarrío. Se acerca, al fin, al corro de las vecinas, reales y allegadas y da cauce a su zozobra.

-        Este no vuelve. Horas lleva ya sin dar señales de vida. Pero ¿sabes qué? Que mejor. Hasta la misma coronilla estoy de atenderlos a todos. Lo que hago por la mañana lo deshacen por la noche. Me paso el día así, esperando nadie sabe qué. Seguir leyendo: https://www.lanuevacronica.com/penelope

 (Publicado en La Nueva Crónica de León, en una sección titulada "Operación visera (una odisea moderna)", el 21/08/2022)

 

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