El papa Francisco se sube a un avión y prepara un Melendi.
Se desmelena. Agarra el micro en pie, al fondo de un pasillo donde por suerte
no hay azafatas que lo paren y empieza a soltar verdades de barquero. La
última, este martes: que si hay curas y hasta obispos que abusaron -¿abusan?- de
monjas y esto es intolerable y hay que investigarlo, blablablá. Para un papa no
está mal de entrada, para un argentino queda por debajo de la media, pero no se
pueden pedir peras a los que están pendientes de las manzanas, las del bien y
el mal. El problema es que más tarde aterriza y le pasa lo que a Melendi, que
lo llevan al calabozo del Vaticano y sale hecho un moñas. Seguro que hay algún
camarlengo (bonita palabra, siempre quise usarla) que recuerda a cierta Madonna
y le suelta: Papa don’t preach. Seguir leyendo: https://www.lanuevacronica.com/uno-de-los-nuestros-3
(Publicado el 10/02/2019 en La Nueva Crónica de León, en una serie llamada "Las razones del polizón")
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