domingo, 22 de noviembre de 2015

Niebla



 
Hace setenta años, los occidentales repartieron las tierras del cercano Oriente en una mesa de dibujo descuartizando con un tiralíneas desiertos, valles y montañas sin consultar a nadie que viviera allí. Descolonización, lo llamaron. En los ochenta los Estados Unidos combatieron a la Unión Soviética entrenando y armando a los talibanes de Afganistán (y a un tal Bin Laden). Eran aliados. Al retirarse los soviéticos, esa “victoria” trasladó nuestra atención a otras partes. Mientras, los talibanes seguían allí, armados hasta los dientes. Después del pasmo global desencadenado por el 11-S, oímos discursos sobre la necesidad de ayudar a los países saqueados y sus gentes, combatir la pobreza y, con ello, el extremismo y el recurso a la violencia. Poco después, se invadió Irak a sangre y fuego. Cuando el problema iraquí se hizo demasiado intratable, demasiado mortífero, se “ganó” la guerra, se abandonó el país y se dejó que todo se derrumbara como si nadie “de los nuestros” hubiera estado nunca allí. Los tipos que decidieron y secundaron aquello aún pontifican. El tiránico califato islamista es uno de los mayores productores de petróleo del mundo; y lo vende a mitad de precio, de tapadillo. Últimamente el crudo está anormalmente barato y las finanzas de Occidente lo notan. Durante un tiempo nos referimos a El-Asad como el “dictador” sirio, pero ha vuelto a ser el “presidente” sirio. En muchos países, casi todas las semanas hay atentados brutales y masivos que aniquilan inocentes y provocan un pánico por el que millones de personas huyen a la seguridad europea. La semana pasada sucedió en París, como antes en Madrid, Londres o Nueva York. El gobierno socialista de la republicana Francia ha respondido con un recorte legal de libertades ciudadanas e intensificando los bombardeos sobre aquel territorio donde imponen el terror los unos y los otros. Otros líderes occidentales y orientales proponen cosas que prefiero no comentar. Estoy harto de esta maldita niebla.
(Publicado en La Nueva Crónica de León el 21/11/2015) 

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