lunes, 14 de julio de 2025

Tópicos 2. La Sixtina: tormento sin éxtasis.

 


Comenzamos nuestra ruta veraniega y ociosa por los lugares únicos, especiales y señalados, los tópicos, con uno de los más distinguidos, epítome y antonomasia de cuantos sitios culturales mueven a ser visitados desde lueñes tierras: la capilla Sixtina. Veníamos a decir el pasado domingo que estos lugares tan singulares en ocasiones están a punto de convertirse en su contrario, un “no-lugar”, por la mera estandarización de las experiencias a ellos asociadas: en todos se disfruta de grandes esperanzas y esperas, aglomeraciones e incomodidades que convierten su supuesto disfrute en un suplicio de proporciones, ahora sí, stendhalianas.

Los museos vaticanos, en cuyo interior se localiza hoy día esta capilla de simplona arquitectura y formidable decoración, se caracterizan por un rasgo común a muchos entornos de este tipo: uno se encuentra, sin término medio, entre la soledad y la muchedumbre sin solución de continuidad. A escasos metros de salas vacías donde invisibles efebos de mármol helénico, vasijas prehistóricas o lienzos de Poussin callan resignados, gentíos de babélicas almas en bermudas y tirantes se arraciman buscando el estupor y el prodigio prometidos. Antes, y como medida penitencial, habrán desfilado lentísimamente junto a los candentes muros vaticanos, a pleno sol ferragostino, hacia una taquilla situada en el último círculo dantesco. Tortuosos pasillos más adentro y varias obras maestras sin contemplaciones, el visitante se situará frente al origen y el acabose del mundo, según se entra a la derecha, arriba. Seguir leyendo: https://www.lanuevacronica.com/opinion/topicos-2-sixtina-tormento-sin-extasis_178879_102.html?fbclid=IwY2xjawLhiUFleHRuA2FlbQIxMABicmlkETBFakdjdktVVldBd0pIdDFMAR5w7f3P2uNFK2WCHN0yLOR5Iv6ZedNuuEUn79rz2t0uMqWO-xb0L3J3ejFYnw_aem_Sra8HHsWtg-F94EPI7Q3xQ

                (Publicado en La Nueva Crónica de León, en una sección de verano titulada "Tópicos", el 13/07/25)

Tópicos 1: En verano, de sitio en sitio

 


Existe una teoría contrastada según la cual cada vez más a menudo nos encontramos en lugares indefinidos, sitios sin personalidad que nos hacen dudar sobre nuestra ubicación geográfica y emocional por la falta de algo que la identifique, nos oriente o estimule. Son sitios de paso o trámite donde nuestro comportamiento se supone pautado y regulado (quebrantar sus normas supondría un modesto cataclismo), sitios que componen un nuevo país, una nación de ciudadanos predecibles y deslocalizados. A pesar de que destinamos buena parte del ocio a buscar lugares distintos y específicos - “lugares antropológicos” según esa misma teoría- para alcanzarlos frecuentamos contradictoriamente los paraderos intercambiables que comentamos: aeropuertos, estaciones de tren y autobús, gasolineras, centros comerciales, hoteles-todo-incluido, resorts, etc. Se denomina “no-lugares” a estos establecimientos imprecisos que tanto abundan y tanto se parecen, estemos en Osaka o en Gijón. Un largo etcétera que la globalización acrecienta a paso gigante invadiendo el último reducto de la singularidad urbana, los centros históricos, con profusión de franquicias y multinacionales. Pasea uno por Viena o Palencia y, en las sinuosas calles cercanas a una catedral, aparecen los garitos de Amancio, Bimba y la otra o el colmado de los chándales que reproduce por esporas el capitalismo monopolístico. Seguir leyendo: https://www.lanuevacronica.com/opinion/topicos-1-en-verano-sitio-en-sitio_178556_102.html?fbclid=IwY2xjawLhijdleHRuA2FlbQIxMABicmlkETBFakdjdktVVldBd0pIdDFMAR769aEFmvuKgNZFuR0UbX5_NKzEPW6yPKmQpD0j0DloHrA_ZfoYl5Q7ODNiAg_aem_2xy16zbIojV87yy0rdlT-w

               (Publicado en La Nueva Crónica de León, en una sección de verano titulada "Tópicos", el 06/07/25)