lunes, 9 de septiembre de 2024

Política y Kübler-Ross


 

No basta con quejarse. Si a uno no le gusta el cambio climático siempre puede votar en contra de su existencia, como si fuera la cuota de la comunidad de vecinos, y el problema desaparece. Por mayoría. Si no le gusta que haya gente emigrando por necesidad a un país que necesita población, porque ensucian las calles y roban, matan y demás embustes, pues se vota que no vengan y asunto cerrado. Mayoritariamente. Y si no convence la democracia porque no resuelve, pues se vota y se cambia de sistema. Es sencillo. Sucede como en las familias cuando no se habla de un asunto: acaba por no haber sucedido. Y lo envenena todo.

Parecía ofrecer la democracia un futuro lleno de promesas y expectativas a capricho y hay quienes han acabado por considerar un engaño que no se hayan cumplido. Hay quienes se sienten traicionados, vencidos por problemas sin solución, suyos y de todos. Hay quienes votan para mostrar esa irritación, esa ira, o su desencanto y hastío. Casi una mitad de los jóvenes del mundo admite la dictadura como un posible buen gobierno. Crecen las opciones políticas que profieren barbaridades para alentar y aprovecharse del alejamiento de esos ciudadanos. Se acabó la fiesta, dicen, ¿qué fiesta? Seguir leyendo: https://www.lanuevacronica.com/opinion/politica-kubler-ross_162145_102.html?fbclid=IwY2xjawFLfsBleHRuA2FlbQIxMAABHYiSFqnzOyPl8xBdEM-_yXfWHRkAyXoXibeEJwPq71CNBSCOh0OP8DQBKg_aem_HCg0qt2U7nANY1WhkoGPZQ

  (Publicado en La Nueva Crónica de León, en una sección titulada "Las razones del polizón", el 08/09/24)

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