jueves, 7 de enero de 2021

Estampa pascual

 


Camino hacia el Centro comercial a primera hora para rematar unas compras aplazadas. Escasea aún el tráfico y los peatones son pocos, aunque se ven apresurados. El día se ha enturbiado como los anteriores, pero quizás pueda deberse a mis gafas empañadas; no estoy del todo seguro ni lo compruebo. Me estoy acostumbrando a esa bruma personal como a llevar la mascarilla.

Nada más entrar me envuelve un silencio denso, el de la burbuja del edificio vacío, tan alto y amplio, con los comercios aún cerrados. Cualquier ruido provoca un eco triste, artificial. El supermercado se encuentra al fondo y según me aproximo crece un murmullo que a las puertas se ha vuelto casi un fragor. El eco ha desaparecido, pero no su sensación. Una anciana avanza a grandes zancadas resollando, cargada de bultos, me gustaría decirle que lo tome con calma, que le llevo alguno, pero no me atrevo. Varios hombres se enzarzan por un carrito y otro tira un guante de plástico con furia al interior de otro después de manotear para sacárselo. Seguir leyendo: https://www.lanuevacronica.com/estampa-pascual

    (Publicado en La Nueva Crónica de León, en una sección titulada "Las razones del polizón", el 27/12/2020)

 

 

domingo, 20 de diciembre de 2020

Macedonia para navidad

 


En estas fechas de psicodelia social programada por el calendario, las luces de colores y el estrés pretraumático se mezclan este año con la zozobra distópica y el estrés postraumático que arrastramos desde hace meses. Todo se ha vuelto más que líquido, según pronosticara Bauman, gaseoso. Salimos asaz fumados de una realidad que los noticieros avientan hacia el hastío tenso de nuestras vidas, zarandeadas por la indecisión inmóvil del asno de Buridán.

Mezclamos, vaya, y aunque mezclar siente mal al estómago, divierte. Mezclemos. Leo lo del hospital de Ayuso, la reina de corazones de esa su Comunidad y lo visualizo convertido en asilo de militares jubiletas que escriben cartas al rey como quien se dirige a los reyes magos. Que les traigan un golpe de estado, pero uno de los de antes, de cuando eran chiquillos y jugueteaban con sables. No de esos del 5G y el chip de Bill Gates, que no tienen nada de fotogénicos. Y van los Magos de Oriente, con su retranca de magos y de orientales, y les traen un juego de rol para que se lo hagan ellos mismos mientras oyen al Federico y les ponen el sintrón. Seguir leyendo: https://www.lanuevacronica.com/macedonia-para-navidad

    (Publicado en La Nueva Crónica de León, en una sección titulada "Las razones del polizón", el 20/12/2020)

domingo, 13 de diciembre de 2020

Cronicón regio, culebrón real

 


Da para mucha ficción la historia, el gran relato. Pero su narrativa funciona si lo colectivo se convierte en biografía individual, familiar o de grupo; con límite de seis, dirían las autoridades sanitarias. Se escoge a los Buendía o a los Bolkonsky, Rostov y allegados. De siempre fueron los reyes materia novelesca presta para esas reducciones. La opción rutinaria proviene del cronicón medieval, surtido de exaltación, ditirambos y heroicos sacrificios por el bien de súbditos algo majaderos. En esa tradición narrativa un monarca inmolaría su infancia bajo la tutela del tirano para gestar con sigilo y desplegar al fin la égida de la democracia sobre la nación agradecida, una libertad defendida después con uñas y medallas si fuere agredida. Se convertiría con los años en magnífico legado de intereses patrios ante tirios y troyanos, mandando incluso callar a bellacos, y acabaría por autoimponerse ostracismo para labrar una nueva dignidad rectificados errores que nunca, nunca, nunca volverían a producirse. Esta forma narrativa no ha caducado, la siguen practicando mil años después los voceros de la identidad territorial o los de la rancidez política, hijos de un mismo padre putativo regio. Seguir leyendo: https://www.lanuevacronica.com/cronicon-regio-culebron-real

   (Publicado en La Nueva Crónica de León, en una sección titulada "Las razones del polizón", el 13/12/2020)