En estas fechas de psicodelia social programada por el calendario, las luces de colores y el estrés pretraumático se mezclan este año con la zozobra distópica y el estrés postraumático que arrastramos desde hace meses. Todo se ha vuelto más que líquido, según pronosticara Bauman, gaseoso. Salimos asaz fumados de una realidad que los noticieros avientan hacia el hastío tenso de nuestras vidas, zarandeadas por la indecisión inmóvil del asno de Buridán.
Mezclamos, vaya, y aunque mezclar siente mal al estómago,
divierte. Mezclemos. Leo lo del hospital de Ayuso, la reina de corazones de esa
su Comunidad y lo visualizo convertido en asilo de militares jubiletas que
escriben cartas al rey como quien se dirige a los reyes magos. Que les traigan
un golpe de estado, pero uno de los de antes, de cuando eran chiquillos y
jugueteaban con sables. No de esos del 5G y el chip de Bill Gates, que no
tienen nada de fotogénicos. Y van los Magos de Oriente, con su retranca de
magos y de orientales, y les traen un juego de rol para que se lo hagan ellos
mismos mientras oyen al Federico y les ponen el sintrón. Seguir leyendo: https://www.lanuevacronica.com/macedonia-para-navidad
(Publicado en La Nueva Crónica de León, en una sección titulada "Las razones del polizón", el 20/12/2020)
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