martes, 22 de abril de 2025

Critocracias

 


Hace algunos años escribí que en un país democráticamente sano los medios de comunicación no se verían en la necesidad de dar a conocer el nombre propio de ningún juez. Y, por extensión, que la mayor esperanza de una democracia bien engrasada residía en una judicatura eficaz e independiente. Y discreta. Era época de grandes procesos anticorrupción en los que se pasaba factura a gobiernos podridos hasta la médula, sobre todo los del aznarismo estatal y autonómico con una demora notable que se extiende hasta hoy, aunque con aparente implacabilidad. Pero algo sucedió. Que se inhabilitara en pleno caso Gürtel a Baltasar Garzón (a quien después amparó el Comité de Derechos Humanos de la ONU llamando la atención a la justicia española, aún sin efectos) dice mucho sobre qué tendencia pretende prevalecer desde entonces y quién encabeza una lucha soterrada que cada día muestra más a las claras una extensión alejada de la acción judicial legítima. Seguir leyendo: https://www.lanuevacronica.com/opinion/critocracias_173409_102.html?fbclid=IwY2xjawJ0JyxleHRuA2FlbQIxMABicmlkETBGa1RVRFRxbHp0Tlg3YVM1AR7OQZPiDbo5A5wUFUlQlhfMcXS-CU5CEGSsP-SCz8Q6KWFgIlM8NfCN0IraUw_aem_IHb2wiNdXaaXOMa7q96nGQ

      (Publicado en La Nueva Crónica de León, en una sección titulada "Las razones del polizón", el 06/04/25)

No hay comentarios:

Publicar un comentario