Una persona, un voto. Cada convocatoria
electoral se habla mucho de la equivalencia de los votos. Que si las
circunscripciones provinciales favorecen a ciertos partidos, que si las papeletas
de ciertos ciudadanos valen más que otras dependiendo de dónde vivan, que si la
ley D´Hondt y la ley electoral... Sin embargo, parece haber surgido otro
elector distinto a los votantes nuestros de cada día del que poco se habla. Hablo
de las consultas a los afiliados y/o simpatizantes, a las llamadas “bases” de
los partidos. En general esos refrendos se han realizado siguiendo patrones de
certidumbre programada, de manera que el resultado estaba previsto, encauzado
por la propia pregunta, convirtiendo la consulta en un simulacro democrático de
escasa credibilidad y cierto tufo a postureo. De ahí los resultados, rondando
el noventa por ciento, sino a la búlgara, a la hispana, como quien juega en
casa. Seguir leyendo: https://www.lanuevacronica.com/democracia-subrogada
(Publicado el 1/12/2019 en La Nueva Crónica de León, en una serie llamada "Las razones del polizón")
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