Casi siempre la lógica resulta ser un toro que reconocemos
cuando pasa de largo. Somos toreros de barrera. Le otorgamos esa vitola
-“normal”, decimos-, una vez ha sucedido: no pretendan que la lógica sea
prospectiva, es retrospectiva. De ahí que, aunque pocos lo previeron y menos lo
previnieron, el referéndum griego se nos ofrezca como un producto depuradísimo
de una tradición precisamente griega: la del silogismo. Y en todos los
silogismos, su resultado, sea cual fuere, dejará en evidencia a los señores del
dinero, que tanto se empeñan en agradar a los mercados, esos dioses persas, de
regusto suntuoso y elitista, en perjuicio de los pueblos soberanos, esas viejas
divinidades con rasgos humanos de los combatientes de Salamina.
Durante la última crisis económica hemos comprobado como se
han aplicado con estricta disciplina unas normas financieras no sometidas al
dictamen democrático, por gobiernos que, como el nuestro, fueron elegidos sin
revelarlas y, por ende, con un programa político opuesto al que aplicaron
finalmente. ¿Es eso legítimo? ¿Pueden defenderse con patrones democráticos los
salvamentos de empresas y el hundimiento de un país, con raseros claramente
desiguales para este último? La pregunta que se hace a los griegos no es si
aceptan el plan de la troika, si quieren el euro o la dracma, si siguen en
Europa o se van. Esa es la pregunta que los señores del dinero pretenden, pues
no conciben (o no quieren evidenciar) la posibilidad de otro escenario. La
pregunta que se les hace y que los griegos hábilmente nos trasladan es si
queremos esta Europa, este euro, este sistema, o es posible otro. No es un
referéndum, es un ultimátum.
Si Europa va a comportarse como un ente demócrata basado en una
voluntad política, si las finanzas están al servicio del bienestar de sus
ciudadanos. Si todo lo que nos han dicho de la construcción europea, de la
política, de la historia que queremos es cierto, Grecia debería ser más Europa
después de esa votación.
(Publicado en La Nueva Crónica de León, el 4/7/2015)
No hay comentarios:
Publicar un comentario