Cuántas páginas de periódico ocupan ocurrencias que al final
acaban en nada; cuántas se refieren a anuncios de novedades que se disipan como
humo gris y de los que nadie rinde cuentas, ni el que lo prendió ni el que lo
aireó tan a la ligera; cuántas se prestan a las fotos del corte de cinta y cuán
pocas al día a día, donde se cuecen las noticias que en el mundo hay. Y casi
ninguna, por supuesto, a los finales, a esos momentos tristes y apretados en
los que toca hacer balance y cosechar un amargo desdén. En silencio.
Pocas fechas antes del Día de los Museos y el mismo en que
se anunciaba en gruesos titulares que el Palacio de Congresos costará ocho
milloncejos más, pasaba desapercibido el cierre de un centro cultural que ha
servido juiciosamente a los leoneses durante casi una década: La Casona de la
Fundación Carriegos. Este inmueble, casi único ejemplar del estilo déco en León, sede además del aula
dedicada a Victoriano Crémer, único espacio real del tan cacareado “León de los
literatos”, ha echado la persiana esta semana. La mala prensa y las estrecheces
del propietario han silenciado el acabose de este espacio cultural, salvo para hurgar
en ese declive. No negaré la mayor, por supuesto, pero cabría juicio menos
esquivo siquiera de esta aportación al panorama de la cultura local que se liquida
sin consideraciones ni lamentos. Se trató de un edificio que pudo derribarse y
se mantuvo, se restauró, se abrió al público, se musealizó y se explicaba gratuitamente,
dio cobijo a más de una treintena de exposiciones de artistas locales y forasteros,
favoreció estudios e investigaciones y fue visitado por casi quince mil
personas, muchas de ellas en grupos necesitados de especiales atenciones y… qué
más da. Por fortuna, quizás el edificio aloje enseguida una institución
cultural y social de la que se han hecho eco ya los titulares, prestos al
alborozo de lo nuevo. Quizás el tiempo juzgará mejor cuánto se hizo sin obligación.
Quizás. Cuando ya no importe.
(Publicado en La Nueva Crónica de Léon, el 14/5/2016)
No hay comentarios:
Publicar un comentario