Tienen nuestros ediles
la maniática costumbre de meterse a arreglar lo que no está estropeado, y
“retocar” aquello en cuyo sensible equilibrio reside su mérito. Hace muy
poquito, cuando el dinero fluía, las calles de las ciudades parecían la isla
del tesoro tras el paso de los secuaces de John Silver, y los ciudadanos sorteábamos
socavones, zanjas y vallas como quien participa a su pesar en una disciplina
olímpica típicamente hispana. Y todo ello para convertir los centros históricos
de las ciudades en escenarios intercambiables, rayanos en la simpleza. Se talan
árboles, se arrancan bordillos lustrosos y se pavimentan hasta los alcorques
con la excusa de peatonalizar, cuando bastaría una mera señal de tráfico. Es
otra cosa: es hacer otra ciudad, una más señoritinga y gris, más vulgar, más
mediocre, relegando los barrios a una subsistencia menesterosa y arrinconada. Si
le añadimos la proliferación de “dotaciones”, esos empeños faraónicos que siguen
lastrando presupuestos que no dan para pagar sueldos, el retrato de nuevo rico
antojadizo y un punto hortera se completa.
No en vano nuestra
historia urbanística acredita como las ciudades mejor conservadas aquellas que antaño
no tuvieron dinero para destruirse a sí mismas. La pobreza fue un agente
conservador, pues al menos solía ser digna. Pero ahora, pese a tanta
restricción y austericidio, ese
prurito no cesa. Y, en León, le ha tocado a la Plaza del Grano, quizás el más auténtico
rincón de la ciudad, precisamente por haber permanecido indemne, inasequible a
tanta moda fatua. Es una plaza incómoda (como muchos monumentos), vetusta, humilde,
popular... tan hermosa. Y pese a las explicaciones previas, uno mira las obras
cercanas, los resultados a la vista y por eso se pregunta ¿qué necesidad hay de
emprender esa remodelación, esa “reparación”? ¿Por qué tocar lo que ha
conservado sus virtudes precisamente por no haber sido manipulado? (Esto ya se publicó aquí con el título “Remodelación”,
el 11/01/2014).
(Publicado -por segunda vez- en La Nueva Crónica de León, el 10/10/2015)
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