lunes, 23 de agosto de 2021

Ovejas eléctricas/6: El planeta de los simios

 


Uno cree que el provenir será más juicioso, que en él habrán caducado ciertas chocantes costumbres y establecimientos bizarros. Pero no, el futuro versiona tozudo la parte censurable del pasado sin propósitos de enmienda. 2121, el año en que, por obra y gracia de una agencia de viajes futuristas, nos encontramos de veraniega expedición, nos ofrece una de esas experiencias y, como todo turoperador que se precie desde Pausanias, nos encamina a un “parque temático”, lugar que en este caso repinta nuestra era pretérita, la de nosotros, viajeros del tiempo, con vivísimo cromatismo. El establecimiento se denomina ”Por desventura” y se ubica en la Ciudad Desencantada de Cuenca. Nos apuntamos a la visita, claro, pues si la curiosidad mató al gato, vivifica al trotamundos temporal.

La entrada del lugar se abre con apuesta arquería de Calatrava recubierta de andamios y da a una plaza dura, desarbolada, en que sucumben a la intemperie los primeros incautos. Suerte que allí se ubica la taberna “Madrid libérrima” con sus famosos bocatas de caucho en tiras. Entramos al meollo. Los coches chocones con el lema “¿Qué combustible prefieres?” se detienen constantemente en medio de la pista, mientras algunos mocetones se apean para darle al martillo intentando elevar un contrapeso hasta la campana del precio de la luz. Seguir leyendo: https://www.lanuevacronica.com/el-planeta-de-los-simios-1

  (Publicado en La Nueva Crónica de León, en una sección veraniega titulada "Ovejas eléctricas", el 15/08/2021)

Ovejas eléctricas/5: Cuando el destino nos alcance

 


Mediada nuestra visita al León de 2121, la agencia de excursiones futuristas “El dormilón”, fundada, por supuesto, en 1984, ofrece un tour a través de algunas obras magnas consideradas BIC (Bien de Interés del Cosmos) y “Patrimonio Humano de Aquí mismo”. Conformado el grupo que acepta el ofrecimiento, nos lanzamos a ello con el ansia que caracteriza a los viajeros del tiempo.

Gracias al teledesplazamiento (modelo Trekkie 2101) nos plantamos en Ponferrada en un pispás cuántico para contemplar el rascacielos chaparro que fue elegido “Edificio deforme de la creación aborigen” en la última sesión de la UMESCO. A su alrededor han surgido imitadores, provistos de almenas y torrecillas, en el estilo denominado “neotemple”, rivalizando en esa categoría sin alcanzar tan afamada horridez. Kilómetros más allá, se nos da a contemplar enorme boquete de antiguas canteras del siglo XX. En aquel entonces la obra visitada eran las minas romanas, pero como todo el mundo se fijaba en el atentado paisajístico que suponían las modernas canteras, se cambió la protección a estas para no perder ese punto de interés. El turismo manda. A Santiago de Peñalba no se puede llegar, la señal del Trekkie 2101 no alcanza. Seguir leyendo: https://www.lanuevacronica.com/ovejas-electricas-v-cuando-el-destino-nos-alcance

  (Publicado en La Nueva Crónica de León, en una sección veraniega titulada "Ovejas eléctricas", el 08/08/2021)

Ovejas eléctricas 4: La guerra de los mundos

 


En este futuro preapocalíptico algo amodorrante del año 2121 que visitamos, el campo tampoco es lo que era. De tanto hueco, la España vacía se ha atiborrado: ha pasado como con el propio vacío, que tiende a llenarse de repente en cuanto hay con qué. El teletrabajo, los precios de la vivienda, la superpoblación, el afán de naturaleza… un poco de todo provocó décadas atrás un éxodo masivo a la que hoy analistas y estudiosos denominan la “España curvy” y la “España rellenita” (o rellenada). Nadie se dedica al cultivo o la ganadería, por descontado, y la vida sigue siendo urbanita a esgalla, que diría alguno de los nuevos “ruralitas”. Se trataba de aumentar las comodidades de la ciudad sin sus inconvenientes. Una zona residencial vasta y desperdigada, a la gallega, abarca campo y pueblos como si la ciudad se hubiera dilatado en plan gaseoso. De ahí, tal vez, lo de rellena. El neolítico y lo rural sucumbieron definitivamente en nuestra era, afirman los citados analistas, algo sobrepasados por su intemperancia verbal. “Hay que aprovechar el sitio, que somos mucha gente”, concluye mi ciber-guía, menos ufano. Hoy día el personal disfruta asuetos y descansos semanales en la ciudad, en casa de los abuelos, de visita a comercios o recorriendo paisajes urbanos alicaídos y ruinosos, tipo el final de “El Planeta de los simios”. Senderismo por aceras reventadas, MBK en los baches del carril-bici y montañismo de escombrera son deportes de moda. Seguir leyendo: https://www.lanuevacronica.com/ovejas-electricas-iv-la-guerra-de-los-mundos

  (Publicado en La Nueva Crónica de León, en una sección veraniega titulada "Ovejas eléctricas", el 01/08/2021)