lunes, 18 de marzo de 2024

Corrupciones

 


Las belicosas redes sociales, la prensa partidaria y las charlas de barra de bar (que vienen a ser lo mismo) confrontan estos días las corruptelas de los dos partidos mayoritarios del país. No hay color, por supuesto, entre el que ha hecho de tal comportamiento modus operandi de su organización (sede en negro, condena judicial a la formación, sueldos bajo mano, ministros en prisión, etcétera) y otro que baja la cabeza cada vez que hay un caso que, por otro lado, no saben evitar en aparato tan enorme y actividad tan susceptible al pelotazo.

Para la sociología política, si eso existe, quedan los distintos gestos y reacciones en cada parte de ese “espectro político”. En el lado izquierdo el esquema es claro: pese a la existencia de tramas lo habitual es la picaresca individual, la conjura de necios chorizos de poco fuelle en que acaba por descubrirse su zafia propensión a lo peor del estilo torrente: marisquerías y burdeles, el tilín de los wiskis… Alguien podría pensar que es falta de costumbre: no saben qué hacer con el dinero y acaban por imitar los peores gags. Seguir leyendo: https://www.lanuevacronica.com/opinion/corrupciones_153514_102.html?fbclid=IwAR0vbQLBX5_88xPDB6qWBZCtzVBhJvud9viw2mJcRn0sdSLWTRKTMLunJPg

       (Publicado en La Nueva Crónica de León, en una sección titulada "Las razones del polizón", el 17/03/2024)

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