lunes, 13 de febrero de 2023

Cosas de comer


 

Vería un programa de Iker Jiménez que no tratase sobre fantasmas en curvas de la carretera, copones medievales o paredes con manchas, sino sobre uno de los grandes misterios de nuestros días: quién se lo está llevando crudo en el sector de la alimentación. Se come buena parte del sueldo, la rebaja del IVA y lo que se ponga delante. Podría estar patrocinado por las organizaciones agropecuarias, que ponen el grito en el cielo acerca de sus mínimos beneficios o pérdidas pero señalan al Gobierno sin más como si señalarlo no fuera ya más que una costumbre perezosa en lugar de una denuncia seria que, imagino, tendría destinatarios más molestos y menos receptivos.

Aparte de las grandes fortunas levantadas a base de venderse productos de lujo a sí mismos y sus pares, pues no en vano unos pocos - ¡poquísimos!- poseen la mayoría de la riqueza, los grandes negocios de nuestros días si no lo han sido siempre están en aquello de lo que no podemos prescindir, las cosas necesarias. Algunos de estos bienes han sido elevados a la categoría de imprescindibles con la ayuda de la obsolescencia programada y la construcción de una querencia ficticia: automóviles, tecnología, etc. La ropa ha agotado ese arquetipo travestida en una necesidad recurrente y caduca: entre la moda que exige cambiarla y la ínfima calidad de los tejidos, el leonés de Arteixo y sus colegas levantan montañas de tela, contaminan y consumen agua como si todo fuera gratis. Entre esos sectores básicos algunos aguantan aún en manos del Estado, por eso la pugna política se centra en ese terreno: contra los que vaticinaban hace pocas décadas el final de la distinción de los partidos, he aquí una diferencia meridiana. Seguir leyendo: https://www.lanuevacronica.com/cosas-de-comer

  (Publicado en La Nueva Crónica de León, en una sección titulada "Las razones del polizón", el 12/02/2023)

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