Continúa nuestro itinerario por el León de 2121, viaje en el tiempo patrocinado por “La Requetenovísima Crónica”, noticiero refundado décadas antes de fecha tan venidera.
Nos adentramos hoy, mi ciber-guía y yo, en la parte vieja de
la ciudad que, dicho sea de paso, es nombre equívoco en este siglo, cuando todo
lo parece. El llamado “Humedal protegido 5.0” o antiguo Barrio húmedo se
compone de un laberinto de callejas y rincones de cartón piedra y poliestireno avejentado
que permite cómodas yincanas de bar a bar sin intervalos no-hosteleros o molestas
interacciones con la población local. Al comienzo de tales circuitos para foráneos
los vecinos de la zona son evacuados y confinados en barracones donde pueden pernoctar
a la espera de regresar sus casas con el mutis del amanecer. Esta fue la
solución patrocinada por comerciantes y autoridades municipales ante las quejas
ciudadanas, tan decrecientes en importancia como el propio censo electoral del
lugar. Aún resiste algún nativo que pasa la noche en la barriada, pero muchos han
sido contratados para dar sabor local al lugar con la obligación de salir a pasear
por las callejas cada poco ataviados con boina, faja y saco de rafia o panza
prominente, pantalón campana y palillo en la boca, sendos y vetustos modelos a
escoger. Los puestos de fruta y verduras, tan milenarios como se publicitan o
más, son, por descontado, de atrezo. Plástico de la mejor calidad, eso sí, que
puede adquirirse en formas y colores afrutadísimos para una decoración
tardoétnica del lejano hogar. Seguir leyendo: https://www.lanuevacronica.com/ovejas-electricas-ii-un-mundo-feliz
(Publicado en La Nueva Crónica de León, en una sección veraniega titulada "Ovejas eléctricas", el 18/07/2021)
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