lunes, 15 de junio de 2020

El elefante muerto


 
Hace seis años, un elefante muerto y alguna otra pifia se llevaron por delante la proverbial campechanía del monarca aconsejando un retiro merecedor de recompensa, convirtiéndolo en emérito. Otro privilegio.
En estos últimos años nos han permitido entrever al fin, aunque dosificada, la no tan ejemplar biografía del rey de la Transición. La institución monárquica fue una de aquellas cosas no tan democráticas que incluía el lote de la Constitución del 78. El yogur de coco. Personificaba la continuidad con el régimen dictatorial y, sin embargo, se celebraba como catalizador del cambio. Poco después, el golpe del 23F conferiría reputación a la “más alta magistratura”, como dicen algunos, pues debíamos agradecer comportamientos que, sin embargo, se ajustaban precisamente al cometido del cargo. Había hecho lo que debía, según esa Constitución que lo incluía. Desde entonces, sus apologetas afirmaban que se había convertido en embajador de nuestros intereses en el extranjero. Ahora recelamos por qué. Presuntamente. Seguir leyendo: https://www.lanuevacronica.com/el-elefante-muerto
 (Publicado en La Nueva Crónica de León, en una sección titulada "Las razones del polizón", el 14/06/2020)
 

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