lunes, 4 de mayo de 2020

Historia de una desescalera


 
“Nueva normalidad” es una expresión contradictoria, un oxímoron. La normalidad se define por ser algo sabido, usado, nada se normaliza hasta que deja de ser nuevo. Por tanto, una nueva normalidad empieza por ser una anormalidad. El primer síntoma de una anormalidad se detecta en el vocabulario, en las rupturas entre significante y significado que sitúan lo que decimos en las afueras del diccionario. Palabras y expresiones novedosas se cuelan en la cotidianidad sin que sepamos aún qué significan, para darnos la impresión de que quieren decir algo que deberíamos saber. Algo que siempre ha estado ahí y que, si no sabemos, es por culpa nuestra, un descuido o una falta de previsión, no el resultado de una realidad cambiante a traición a la que podamos culpar. Nos lo tienen que explicar todo, como a los críos. En un futuro neonormalizado, el diccionario tendrá que acoger nuestras desescaladas, entre los descensos (y descendimientos), las bajadas y demás retornos a un punto de partida situado a un nivel inferior. ¿Inferior? Por supuesto, ahí una de las claves de la “nueva normalidad”, será inferior. La asociación de las palabras de un nuevo vocabulario delimita el campo semántico de los nuevos hábitos, forja el idioma neonormal que explicará lo que sucede. Lo estamos aprendiendo, como niños pequeños. No nos apremien. Seguir leyendo: https://www.lanuevacronica.com/historia-de-una-desescalera

 (Publicado en La Nueva Crónica de León, en una sección titulada "Las razones del polizón", el 03/05/2020)


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