Se afanaba el forastero en tareas y cuidados propicios a la obtención de frutos de la tierra, algunos no conocidos en época homérica pero sí en esta que tan torpemente la parodia. Aquellas codiciadas, jugosísimas bayas, primero verdes y luego rojas, cuya peluda planta alzaba una caña clavada en la tierra importaban un ardite al simulado granjero peripuesto de sombrero pajizo y guantes de goma. Si se inclinaba lo hacía por complacer a otros (a otra, más precisamente) y, bajo la torva amenaza del lumbago, refunfuñaba:
- “Ata bien los tomates y este año comemos ensalada de verdad, que los del súper no saben a nada” Todo el día mandando. Que no saben, dice, tú le pones vinagre a chorros y ya verás si saben. Y qué paliza, asfixiado para media docena de cherris, ya verás tú.
A esto se acercó Eumeo, criador de marranos y aborigen ilustrado, notorio por haber asistido a un par de cursos de difusos estudios dizque titulados y prodigar su sapiencia aun no siendo pretendida ni estimada. Seguir leyendo: https://www.lanuevacronica.com/operacion-visera-7-el-prudente-porquero
(Publicado en La Nueva Crónica de León, en una sección titulada "Operación visera (una odisea moderna)", el 14/08/2022)
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