La conocerán, es una de esas trampas filosóficas sin salida,
una aporía. Una de sus formulaciones dice: si un árbol cae en el bosque y nadie
lo oye ¿hace ruido? El sonido depende de la presencia de un órgano que transforme
la vibración del aire y de un cerebro que lo conciba. Pero, por otra parte, el
árbol ha caído; podremos comprobarlo. ¿Depende la realidad de la existencia de
un observador? En ese caso ¿existe la realidad sin ese testigo? Se atribuye al
clérigo irlandés George Berkeley la sistematización de estos planteamientos, pero
abundan en otras culturas, como el budismo, y hasta se dice que Einstein
jugueteó con la idea. ¿Habría universo sin una inteligencia que lo conociera,
que lo experimentara, que se aventurase en él? Seguir leyendo: https://www.lanuevacronica.com/un-arbol-que-cae
(Publicado en La Nueva Crónica de León, en una sección titulada "Las razones del polizón", el 19/04/2020)
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