No somos héroes. Aún así, reservamos las que presuponemos
vastas extensiones temporales del estío para alcanzar proezas y rendir nuestros
propósitos más anhelados y postergados, una retahíla de conquistas que, durante
el resto del año, nos niega la cotidianidad, ese monstruo de mil cabezas. Son diversas
y corrientes las quimeras que reservamos para esta estación. Conocer ese país
que no existe más que en nuestro magín, viajar a lugares improbables que
figuran en todos los sueños, leer ese novelón que tenemos a la vista durante los
meses previos, seducir a esa persona que ha de cambiarnos para siempre o al
menos para un fin de semana, contemplar atardeceres ficticios y constelaciones
de nombres enigmáticos, desconectar de los quehaceres que nos acosan y se
cuelan en cada resquicio que les damos, holgar, tal vez holgar… Ser otros,
renacer, cambiar. Pese a su estacionalidad, anhelamos un verano definitivo, que
permanezca más allá de su condición temporal. Seguir leyendo: https://www.lanuevacronica.com/envites-renuncias-y-brindis-al-sol
(Publicado el 01/09/2019 en La Nueva Crónica de León, en una serie veraniega llamada "Los descansos de Hércules")
No hay comentarios:
Publicar un comentario