lunes, 28 de octubre de 2024

Externalizar

 


En los estudios de Geografía humana e Historia existía un término, neocolonialismo, que intentaba y permitía comprender muchos de los problemas mundiales. Con él se analizaba un nuevo tipo de colonización que consiste, básicamente, en la prolongación del aprovechamiento de las antiguas colonias bajo la ficción de su emancipación política. El invento disfruta de tremenda eficacia: aquellos países se gobiernan a sí mismos, como habían ambicionado, pero Occidente mantiene su preponderancia e incluso la aumenta, a base de seguir aprovechándose de sus recursos y de los ingresos que generan, mediante empresas, capitales o gobiernos títere llegada la ocasión. De igual manera, ese nuevo modelo de explotación incluye derivar a esos países todo aquel engorro o problema que no querríamos aquí, esto es, fábricas contaminantes, trabajo en régimen de esclavitud, fraude y penurias, etc. Aunque las mercancías resultantes sean destinadas a nuestro consumo, las graves secuelas y abusos que produce fabricarlas son exclusivamente suyos, como su gobierno. El negocio era (y es) perfecto. Seguir leyendo: https://www.lanuevacronica.com/opinion/externalizar_164682_102.html?fbclid=IwY2xjawGMG8FleHRuA2FlbQIxMAABHbyMcHNFckHBF_vZX7lxte4qHwMCHPd2jmaUsvWalXD6-eco0tZNiwUS5A_aem_YDEFpnSugIjlnwbCdAbWDA

        (Publicado en La Nueva Crónica de León, en una sección titulada "Las razones del polizón", el 27/10/24)


domingo, 20 de octubre de 2024

Comunidades y museos

 


Los grupos humanos que se reconocen como tal buscan afanosamente una representación común que les proporcione certezas, seguridad, un relato colectivo y satisfactorio; algo semejante al calor del hogar a una escala mayor, la de una comunidad. Para ello suelen recurrir al pasado, pues en él encuentran explicaciones (y deformaciones) que ofrecen (y justifican) fórmulas para habitar el presente y confortarse. Por eso los museos. Y también por eso los museos son –a diferencia de otros- un monumento en construcción, porque esa explicación cambia y se enriquece, se desmantela, se deforma, se amplía o jibariza en función de lo que el grupo hace con ellos o espera de su interior y guarda allí.

En nuestros días, cuando ambas nociones, comunidad y museo, se han fundido o licuefactado (en sociedad y pensamiento tan líquidos) cabe preguntarse si tienen sentido los museos de territorio o, con otra forma de llamarlos, los museos de comunidad. ¿Son esos museos reflejo fidedigno de territorios y comunidades? ¿Pueden serlo? ¿Satisfacen sus esperanzas o anhelos? ¿Compensan por el desalojo o traslado de sus bienes, convertidos en bienes museísticos o, peor aún, “musealizables”? ¿Existe alguna vía de comunicación entre comunidad y museo que engrane a ambos? ¿Existen aún, en 2024, comunidades entendidas como tal? ¿Tiene futuro el Museo en ese entorno de incertidumbre sobre su sujeto y sus objetos y objetivos? Seguir leyendo: https://www.lanuevacronica.com/opinion/comunidades-museos_164299_102.html?fbclid=IwY2xjawGCz6BleHRuA2FlbQIxMAABHTelWVwpeUvoPwIGN0h8URlq4x1K_4aDEiBFwTvJD1jw_TyXDtQLTArgbA_aem_heoVLTLgvTFlM9UuHX1yaw

       (Publicado en La Nueva Crónica de León, en una sección titulada "Las razones del polizón", el 20/10/24)

domingo, 13 de octubre de 2024

El ascensor

 


Dan ganas de comentar que algunos deseos se materializan a la contra y lo que llaman karma pasa factura cuando menos lo esperas. Se podía votar a Txapote, no era solo una bajeza para calentar el ambiente. Y se votó: PP y Vox incluidos. Votaron una norma europea que considera penas ya cumplidas en otros países en el cómputo de la condena en el propio, algo que afecta a las de varios etarras. Una medida lógica y no pensada para ellos, por supuesto, que el PP subscribió después de “leerla con detenimiento”, como afirma su informe interno, aunque ahora se rasgue las vestiduras. Debía ser una lectura logse o lomloe. Suena a la escena de Casablanca en que el policía sale del casino con sus ganancias mientras ordena cerrarlo indignado porque se permite el juego. Nada nuevo.

También podríamos hablar del Emérito y la vedete, título escamoteado a Miguel Mihura. Pero aparte la zafiedad inherente a este nuevo episodio de las andanzas borbónicas, nada habría de preocupar la vida privada de este señor que no fuera –una vez más- el uso de dinero público para sus caprichos y una sospecha pendiente de aclarar sobre su ponderadísimo papel en el golpe de Estado del 81. Eméritamente hablando es un clavo más en el ataúd de la reputación de tan alta magistratura. Seguir leyendo: https://www.lanuevacronica.com/opinion/ascensor_163925_102.html?fbclid=IwY2xjawF5nlVleHRuA2FlbQIxMAABHaxNpAnHASAwJZbwmRvhy-66SHYru8eNLQG5bj7RQ4QRGQkJYcVASyzK7w_aem_hj8NH8M9A_ohyUINl16E_Q

      (Publicado en La Nueva Crónica de León, en una sección titulada "Las razones del polizón", el 13/10/24)