El evento funciona ya como una máquina engrasada: la derecha más rancia gana, gobierna poniendo en peligro a propios y ajenos, liquidando a grandes zancadas democracia, bienestar y derechos humanos, aprovechándose del país para beneficio propio y privado... Después, pierde (por poco) las elecciones y no lo acepta; denuncia una imaginaria conspiración que solo existe cuando no gana y alienta a una turba a levantarse en algarada invadiendo edificios sede de la soberanía popular a la manera de Atila trotando sobre la proverbial hierba.
Muchas tradiciones se han alzado sobre cimientos más endebles. Y casi todas ellas participan de lo que esta ya ofrece: desbocadas aglomeraciones, escasa o nula coherencia entre lo que se dice creer y lo que se hace, estropicios a discreción, ocupaciones arbitrarias de lo público, resacas morrocotudas… De los cortejos báquicos a las tomatinas, de las procesiones a las verbenas, de las mascaradas de época a las comparsas de carnaval… Seguir leyendo: https://www.lanuevacronica.com/brasilera
(Publicado en La Nueva Crónica de León, en una sección titulada "Las razones del polizón", el 15/01/2023)
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