Nostalgia significa, literalmente, el dolor por el regreso. El
regreso a aquellos lugares donde fuimos otros, aunque fuéramos los mismos, allí
donde se activan mecanismos cebados por una asombrosa mezcla de regocijo y congoja
que nos zarandea por dentro como un pelele.
La nostalgia personal se
ancla en escenarios concretos, ítacas de barrio en las que a menudo ni siquiera
hay un perro que nos reconozca, una familia que pueda acogernos, un país del
que ser oriundo. Pero nos da igual. Seguir leyendo: https://www.lanuevacronica.com/lugares-sin-sitio
(Publicado el 12/05/2019 en La Nueva Crónica de León, en una serie llamada "Las razones del polizón") Fotografía gentileza de Carmen Blanco.
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